Las lesiones son normales en cualquier ciclista, algunas necesitan un tiempo más largo de recuperación que otras, pero de una u otra forma siempre llegará ese momento esperado: el momento de recuperar el tiempo y volver al ritmo anterior.
Tras una temporada de pausa por la lesión, es normal que el ciclista no se encuentre en forma y que haya perdido entrenamientos, facultades y estado físico, pero una buena rutina puede ayudarlo a recuperar el ritmo que había luchado por tener.
Si hablamos de una lesión grave, se debe primero contactar con un médico para consultar dudas con respecto a la recuperación antes de volver a entrenar. Por lo general se requieren varias sesiones de fisioterapia para la mejoría de las articulaciones y músculos.
Posterior a las sesiones de recuperación indicadas por el médico, el ciclista debe buscar un entrenador que le pueda recomendar con exactitud los ejercicios de calentamiento y le ayude a estructurar una rutina con paciencia y constancia.
Una vez el ciclista se sienta listo para pedalear, lo más recomendado, sería realizar sesiones muy cortas, pocas veces a la semana, e ir incrementándolas de manera progresiva; por ejemplo, se podrían hacer 2 sesiones en una semana de 20 minutos cada una, dependiendo del estado en que se encuentre el deportista y la reacción del cuerpo.
Posterior a esto, se aumentarán los entrenamientos, a medida que el cuerpo reaccione de manera positiva, tarde o temprano el ciclista estará volviendo a la antigua rutina, e incluso, podría mejorarla, ya que nuestros músculos poseen memoria y esto es una gran ventaja.
Como se ha explicad anteriormente, volver al entrenamiento después de una lesión no es nada fácil, requiere constancia y mucha paciencia para no quemar el músculo, una vuelta temprana al entrenamiento, sin la debida recuperación previa podría tener graves consecuencias, como lesiones mucho más graves, sin posibilidad de recuperación, y por consiguiente sin posibilidad de volver a entrenar. Es mucho mejor una recuperación progresiva, que una vida entera sin rodar. En este aspecto, la motivación es algo que también ayuda bastante.
Y para concluir, otro punto fundamental es la alimentación. En este caso la comida debe seguir siendo equilibrada para poder darle al cuerpo la energía necesaria y mantener la recuperación poco a poco. Aun así, se recomienda ingerir una cantidad mayor de calorías diariamente para fortalecer el entrenamiento. Es indispensable darle al nuestro cuerpo más líquidos de lo que solíamos, porque al entrenar se pierde una mayor cantidad de líquidos que cuando se está en quietud.
¡Que nada te limite volver a rodar y vivir más experiencias con tu bicicleta!